La Isla de Sal se formó a partir de actividad volcánica submarina y actividad tectónica hace millones de años. Los volcanes submarinos entraron en erupción, la lava se enfrió y acabó formando capas de roca volcánica.
Con el tiempo, estas capas de roca emergieron del océano y se unieron para formar la isla creando una geología única en el planeta.
Esta isla es uno de los principales destinos turísticos de Cabo Verde y se encuentra en el archipiélago de las islas de Barlovento. Es la isla más pequeña del país, con una superficie de aproximadamente 216 km², pero a pesar de ser una isla pequeña, tiene una rica historia, una variada fauna, flora y agua marina que la convierten en un destino único para visitantes de todo el mundo.
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La Isla de Sal fue descubierta por los portugueses en el siglo XV y utilizado siglos después como punto de escala en sus rutas comerciales hacia Brasil y América del Sur.
No obstante, los primeros asentamientos humanos en la isla datan del siglo XVIII, cuando los pescadores y marineros portugueses comenzaron a hacer uso de la pesca por la abundante fauna marina de la zona.
Pero no fue hasta el siglo XIX, donde la isla se convirtió en un centro importante para la industria de la sal que le dio el nombre al islote. La producción de sal se convirtió en la principal actividad económica de la isla durante muchos años y todavía es una importante fuente de ingresos para los habitantes locales.
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La Isla de Sal por sus condiciones climáticas es extremadamente árida. Sin embargo, hay algunas especies de plantas y animales que se han adaptado a las condiciones del terreno y han sabido crecer en esta isla. Las plantas como el sisal o el tamarindo se pueden adaptar a climas de altas temperaturas con poca agua, mientras que dan cobijo a especies de reptiles como las lagartijas de las dunas, una especie endémica de Cabo Verde.
También, por sus orígenes volcánicos y situación geográfica, la isla es conocida por su rica vida marina. Entre sus profundidades podemos encontrar pastos marinos y corales en sus aguas costeras creando un ecosistema y hábitat fructífero para las especies.
En estas aguas, habitan multitud de especies marinas como mantas y rayas, peces tropicales como el pez payaso, tiburón del arrecife y las famosas tortugas bobas, símbolo de la isla.
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